En los primeros tiempos vivía la abuela grillo, Direjná. Era la dueña del agua y donde ella estaba atraía la lluvia.
Cuando sus nietos, los ayoreode, le pidieron que se vaya, empezaron los días calurosos.
La abuela grillo decidió vivir en el segundo en el segundo cielo y desde allí puede enviar la lluvia, solamente cuando alguien cuente su historia.